
La serie presenta la vida de una familia media norteamericana que evidencia el fracaso del gran sueño estadounidense, y esta organizada en torno a personajes antiheroicos, grotescos, exagerados en su fealdad y desprovistos de atributos que puedan suscitar envidia.

Lo que los Simpson no reconocen, pero evidencian, es que ellos mismos son diferentes, y que su gracia radica en perseguir infructuosamente un modelo de realización y de promoción social que no fue hecho a su medida, y que en última instancia es ficticio.
Los Simpson representan una parodia del esfuerzo que significa vivir en conflicto y la imposibilidad de alcanzar el modelo que se les propone. Si bien son consientes de su inadaptación, continuamente se revelan estructuralmente incapaces para superarla.
Afortunadamente, algunas veces la televisión ofrece productos como éste, que desmitifican la fachada de las sociedades desarrolladas y que demuestran la realidad de una manera mas fiel; demostrando que los educadores muchas veces suelen ser personas muy distintas a lo que aparentan.
Autor
(J.E Fernández. Chasqui. Nº44)
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